viernes, 10 de mayo de 2019

Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis






Ningún investigador ha dado tanto a la ciencia y al arte como Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, rama de la psicología que estudia temas tan importantes como las manías, las fobias, los complejos, los lapsus, entre otros problemas mentales que hasta antes de su aparición como ciencia, no fueron muy estudiados ni desarrollados. A Freud le debemos nociones de psicología tan conocidos hoy en día como El complejo de Edipo, la histeria, el inconsciente, el ello, el yo, el súper yo, los lapsus y los deseos reprimidos. Freud marcó un antes y un después en el desarrollo de la psicología como ciencia y su influencia llega hasta nuestros días.
Sigismund Schlomo Freud nació el 6 de mayo de 1856 en FreibergMoravia (en la actualidad Příbor, en la República Checa) en el seno de una familia judía. Su padre era un comerciante de lanas con regular éxito en los negocios. Pese a ser el mayor de seis hermanos, la mayoría hermanas, sus padres le tuvieron cierta predilección al notar que él  desde muy pequeño era un estudiante empeñoso, con muchas posibilidades de tener un futuro exitoso. Al cumplir los tres años toda su familia se mudó a Viena, capital de Austria, para tener un mejor futuro. En 1873, cuando contaba con 17 años, Freud ingresó en la Universidad de Viena como estudiante de medicina, que fue la carrera que eligió para tener un buen futuro y luego poder dedicarse al estudio de las humanidades que era lo que más le gustaba. En 1877 abrevió su nombre de Sigismund Freud a Sigmund Freud. En 1881 se graduó como médico. Freud fue uno de los primeros médicos en proponer el uso terapéutico de la cocaína como estimulante y analgésico, pese a que con el tiempo se comprobaran los nocivos efectos de esta droga, como la adicción. Por ese tiempo conocería a quien fuera su primera gran influencia, el Dr. Breuer, un médico especializado en trastornos mentales, en especial la histeria, que entonces estaba en investigación. Con él desarrollaron el “método de la palabra” o “método catártico”, que consistía en tratar a pacientes neuróticos, en especial mujeres, a través de la evocación de sus traumas que originaron el problema, todo mediante una profunda conversación con el terapeuta. La terapia suponía que al hacer eso las pacientes podrían desahogarse y lograr una purificación, como el nombre de la terapia lo indica (“Katharsis” significa “purificación” en griego). En 1886, Freud se casó con Martha Bernays y abrió una clínica privada especializada en trastornos nerviosos. Sus pacientes serían personas de la burguesía vienesa. En 1899 publicaría la que sería su obra más famosa: “La interpretación de los sueños”, que es el libro con el que funda el Psicoanálisis. En esta obra Freud se analiza a sí mismo y se remonta a su pasado, a lo más hondo de su “inconsciente”, saca a flote recuerdos pasados y los analiza minuciosamente. Es una teoría tanto psicológica como literaria, porque toma temas de la literatura universal como el caso de “Edipo rey” para su teoría de “el complejo de Edipo”, donde el hijo desea a la madre y para ello quiere matar al padre, la idea parricida que también parece sacada de la obra “Los hermanos Karamazov” de Dostoievsky y el monólogo exterior como los personajes de las obras de Shakespeare. Toda una teoría literario psicológica. No en vano, Freud fue un gran lector de los clásicos. Su obra marcaría un antes y un después en el desarrollo de la psicología. Desde entonces tendría tanto adeptos como detractores, quienes no se quedaban quietos ante sus teorías. Luego escribiría otras obras donde desarrollaría más sus ideas, como “Psicopatología de la vida cotidiana” (1901), “Tres ensayos sobre teoría sexual” (1905), “Tótem y tabú” (1913), “Más allá del principio de placer” (1920), “Psicología de masas y análisis del yo” (1921),  entre muchas otras obras que le darían renombre internacional. Freud desarrolló la idea de que la mente tiene tres partes: El ello, el yo y el súper yo. “El ello” es la parte más primitiva y tiende a satisfacer sus deseos a toda costa, sin importarle nada, es la parte animal de la persona. Por el contrario, “El súper yo” es la parte más elevada de la persona y tiende al orden y la razón, es lo mejor de uno mismo. Y “el yo” es la parte intermedia entre ambas y la más acorde a la realidad, es en la que uno se encuentra. Esta teoría la desarrolló Freud a partir de los dos tipos de personas de Nietzsche: “el apolíneo”, relacionado al dios Apolo de la mitología griega, que era el dios del orden y la razón, y “el dionisíaco”, relacionado al dios Dionisos que era el dios del vino y de las parrandas, su opuesto. También se ve una influencia judeo cristiana en ella, ya que el individuo está entre dos polos: “el bien” de Dios y “el mal” del Diablo. No en vano en la cultura popular, se cree que toda persona tiene un angelito y un diablito en ambos hombros que le aconsejan qué hacer. Esta teoría coincide también con las dos pulsiones del hombre de Freud: “la pulsión de vida” o “eros” (representada por el dios del amor “Eros”, de la mitología griega”) y “la pulsión de muerte” o “tanática” (representada por el dios de la muerte “Tánatos”, de la mitología griega). Ambas pulsiones son las que motivan al hombre y lo pueden llevar a hacer de lo más bello, como una obra de arte, hasta lo más feo, como el asesinato o las guerras. Ambas se comprueban en la realidad. Freud también habla del “Inconsciente”, que es la parte más profunda de nuestra consciencia y en donde están guardados nuestros más ocultos secretos, como deseos reprimidos o recuerdos que preferimos olvidar porque fueron de malas experiencias. Freud creyó que la mejor forma de solucionar los problemas actuales era volviendo al pasado y revivir los recuerdos para poder por fin darles una solución mediante su “método catártico” o de purificación. Freud también habló de la importancia del sexo en la vida y que todo en resumen se debe a ello, porque es la mayor pulsión vital, “la libido”. Ello le trajo varias críticas, porque era un tema tabú en su época, sin embargo, despertó el interés en el tema.
Acosado por el régimen nazi de Hitler, huyó con su familia a Inglaterra en 1938 y falleció el 23 de septiembre de 1939 en Londres, a causa de un cáncer de boca que venía afectándolo desde hacer tiempo, no en vano fue un gran fumador de tabaco. Su obra influenció a varios psicólogos posteriores como Carl Jung, Erich Fromm, Melanie Klein, Víctor Frankl, Jacques Lacan, entre muchos otros. Y su influencia dura hasta ahora, marcó el desarrollo de la psicología para siempre.

viernes, 31 de enero de 2014

La Entidad Oculta 1 y 2; La Soledad y sus Misterios

Gran promoción de mis libros. De venta a todo el mundo. Interesados contactarme.

La Entidad Oculta 2

Mi nuevo libro: "La Entidad Oculta 2". Dirigido a los amantes del género gótico.

Carlos Trujillo dando autógrafos

Firmando unos ejemplares en la conferencia de prensa, con motivo del "I Festival Cultural Wanka 2014".

Carlos Trujillo: presentando La Entidad Oculta 2


En conferencia de prensa presentando mi nuevo libro "La Entidad Oculta 2.

viernes, 17 de enero de 2014

La Entidad Oculta (Admiradoras)

Admiradoras de mi libro "La Entidad Oculta". Mi preciosa sobrina Connie, mi bella tía Medalit y mi querida prima Noelia. Saludos.

"La Entidad Oculta" en Las Vegas, Nevada

"La Entidad Oculta" en Las Vegas, Nevada, EEUU. Muchas gracias, tía Medalit, por la foto.